jueves, 3 de julio de 2014

Alquézar... La fortaleza del tiempo.

Descubriendo que no solo en la Alpujarra existen los tinaos, aquí nos encontramos con Alquézar otro reducto moro que según rezaba en una placa, antiguamente se podía cruzar el pueblo de punta a punta sin pasar por la calle de tinaos que tenía, no sé si tantos, lo cierto es que actualmente alguno les quedaba.
Es curioso el afán que tenían los moros por las zonas más inhóspitas de la geografía ibérica, o sería que solo ellos eran capaces de vivir bien en lugares que antes eran los dominios de las cabras.

El caso es que allí se encuentra este paraje desconocido más que escondido porque contempla la sierra desde lo alto de un cerro.


Hemos llegado a la Sierra de Guara, a un pueblo llamado Alquézar, enfocado por y para el turismo, todo el pueblo siguiendo un patrón, todo tiene coherencia, hasta las luces de las farolas alumbran sin agobiar.


Arriba queda la colegiata y sus peculiares guías, los más alquezranos del entorno, solo por ellos merece la pena la visita, pero es que además enseñan grandes tesoros, que han sabido conservar.


Aunque pensándolo bien, quizás la esencia resida en sus soportales y la verdadera riqueza la traiga para llevársela su río color turquesa.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Monasterio de Sant Pere de Rodes.

Para poder llegar al lugar más al este de la península hay que sufrir unas interminables y mareantes curvas pero merecía la pena el terrible trayecto, amanecía un día entre nieblas, dando siempre ese aire frío aunque romántico que prometía, seguro, unas cuantas buenas fotos de un paraje apartado, paraíso de ermitaños.


Llegados a destino. Primera buena noticia, por alguna razón que desconocemos el domingo 12 de enero era gratuita la entrada, aunque merecía la pena la visita guiada.


Una cosa que me llamó la atención de las explicaciones que daba el guía (un jovencito de 20 años muy amable) es la queja continuada al expolio que sufrió el monasterio durante los años/siglos de abandono.
Pero no hay que olvidar que de hecho el monasterio tiene su razón de ser por lo  que se consideraría como uno de los mayores "robos" de la Historia. Y es que según nos contó, unos monjes escondieron en una cueva en el Cap de Creus, la cabeza y la mano de San Pedro, años después volvieron desde Roma a recuperar las reliquias pero, ya no las encontraron, y allí se quedaron para buscarlas, construyeron un monasterio y como reclamo turístico iban diciendo: "Aquí estuvieron y es posible que todavía estén partes del cuerpo del primer Papa de la Iglesia".


Un paraje hermoso aunque en el medievo debería resultar dura la vida allí. ¿Por qué elegirían ese lugar?


Todavía se puede ir un poco más al este. Son sólo 8 kilómetros serpenteantes y eternos más. Un paisaje lunático salvo por las luces de los faros que parece que conversan entre sí: parece que esta tarde no se va a levantar viento.


Hoy que veníamos a visitar el hogar del viento, resulta que la tramuntana no se encontraba en casa.